miércoles, 13 de enero de 2010

FUNERAL BLUES

Parad los relojes, descolgad el teléfono, prevenid el ladrido del perro con un jugoso hueso; silenciad los pianos y con apagado tambor el ataud sacad y a las plañideras avisad.

Que avionetas negras nos sobrevuelen y que en el cielo escriban el mensaje "él ha muerto". Poned en los blancos cuellos de las palomas un crespón, que los guardias lleven guantes negros de algodón.

Él fue mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste; mi semana de trabajo, mi descanso dominical; mi mediodía, mi medianoche; mi charla, mi canción.

Creí que el amor duraría siempre..., me equivoqué. Ya no quiero las estrellas, apagadlas todas, envolved la luna y desamantelad el sol, vaciad el océano y los montes arrasad porque ya nunca nada podrá acabar bien.